lunes, 25 de agosto de 2008

Persiguiendo al sol

Pues aquí estoy, en mi tierra, en mi casa, sola y apurando los últimos días de mis vacaciones.

Unas vacaciones que han sido bastante movidas, comenzando con unos exámenes que no se los deseo a nadie y terminando... aún no sé cómo.
Llegue a mi tierra y pude hacer 3 de 3, como decían mis amigas, solo que me quedé en dos, siendo uno de ellos el mejor.
Con el primero perdí un amor, con el segundo el móvil y con el tercero que no fue, quizás una amistad.
También apareció por mis vacaciones follín hood con el que perdí la dignidad y quizás uno de mis sueños.
Marché al país de España donde hablan "cheroky" en el cual enamoré al amante de mi amiga, causándome problemas de conciencia y haciendo que su affair se rompiera para siempre. Visité sus playas y puse mis lolas al sol. Y en aquellos días conocí a un adivino que me explicó por qué no me duran los hombres.
De allí fui a la región de Don Pelayo, en la cual recogí a mi otra amiga para recorrer la nación de Breogán intentando llegar a ver la puesta de sol allí donde se termina el mundo, sin mucho éxito porque el tiempo no acompaño. Durante este viaje el amante de mi amiga insistió en verme de nuevo y en que le diera una segunda oportunidad, sin entender que entre amigas no se hacen ciertas cosas e ilusionándose con historias que no existían.

De vuelta a mi tierra fue cuando perdí la dignidad con follin, al cual posiblemente no vuelva a ver, para no perder más cosas en mi vida.
En el pueblo las fiestas pasaron sin pena ni gloria. Descubrí que tengo fans desde hace tiempo, que incluso delante de sus novias son capaces de mirarme con deseo. También me dí cuenta de que el juego que usa mi amiga no es el mismo que me gusta a mi, que nos parecemos mucho en gustos, pero nos diferenciamos mucho en comportamientos.
Después de una semana sin fiestas, de relajación, me marché de despedida de soltera a la otra punta de España, allí donde pescan el atún por el arte de la almadraba. Un lugar precioso, donde las puestas de sol merecen mucho la pena, donde las playas son enormes y no tienes que luchar por encontrar un hueco cerca del mar.
Lo más relevante de los días allí fue, la invasión de mar a nuestro pequeño territorio de playa mientras estábamos comiendo, el ir y venir de unas pequeñas piedras blancas por las diferentes habitaciones y la niña poseída del cuadro que había en la mía.
Después de volver a mi tierra, salir de fiesta, reencontrarme con antiguos amores, algunos bastante estropeados por el paso del tiempo, otros mejor que nunca y encima solteros, aquí estoy de nuevo, disfrutando de esa soledad que me acompaña siempre pero de la que solo puedo disfrutar cuando no me acompaña nadie, esperando que pase un año más en pocos días y deseando volver a mi ubicación de trabajo para empezar con la rutina diaria, comenzar con nuevos retos, ver a mis compañeros y esperar un año más todo lo que venga.

Como negativo del verano: me acordé en todos los lugares de aquel que me rompió el corazón por última vez.

Me quedan unos días, en los que celebraré mi nueva edad con mis amigos y en la que espero pasármelo en grande y tener nuevas historias para contar la próxima vez.