lunes, 10 de diciembre de 2007

Una historia bonita

Cuando dos personas se gustan lo más bonito es el principio, el flirteo, el cortejo, la seducción de la otra persona.

Siempre he tenido bastante claro cuales son los pasos del cortejo. Qué es lo que ocurre cuando dos personas se gustan; y hasta ahora nunca me he confundido.
Las mujeres somos más expresivas o se nos nota más cuando estamos flirteando, ya que son más las señales que utilizamos o quizás sean más vistosas. El hombre en cambio se hace más el "pavito", irguiéndose o chuleando delante de la moza en cuestión. Al fin y al cabo no dejamos de ser animales que utilizamos el cortejo para un fin determinado.
Pero a pesar de todos los tipos de "danza de apareamiento", de las muchas formas de seducir, siempre siempre hay unos pasos que nunca se saltan y sino comprobarlo.

1º.- Visualización de la presa.
Me había ido los meses de verano a trabajar a un hotel con unas amigas al norte de España, ya que ese verano me apetecía hacer algo y diferente y además no tenía que estudiar nada para septiembre. Era el año 2001, no se me olvidará nunca porque el día que volví a mi ciudad fue el 11 de septiembre, el día en el que atentaron contra las Torres Gemelas.
En teoría fui para fregar los platos en el office, pero luego surgieron una serie de circunstancias que me llevaron a ser camarera de comedor. Dormíamos 4 en la misma habitación y entre la plantilla solo había un hombre (además del cocinero-copropietario del hotel), un chico muy joven que nos reía las gracias y realmente nos alegraba la pestaña, pues era bastante guapito. Él estaba de camarero en el bar del hotel, con lo cual solo le veíamos en los ratos libres. El caso es que este chico se rayó y se marchó del hotel, viniendo a los pocos días a sustituirlo un chico (menos joven) moreno, escuálido y con los ojos azules (lo justo para mí). Se llamaba como "el padre del Hijo" y era un tanto introvertido. Iba un poco a su bola. No recuerdo si me gustó desde el primer momento, pero supongo que sí.

2º.- Lanzamiento de miradas.
Lo único que hacíamos era comer todos juntos y luego cada uno iba a su tarea. Como él trabajaba en otra zona del hotel, fuera del comedor, apenas nos veíamos.Pero en esos pequeños ratos yo le miraba discretamente cuando se levantaba para irse a su puesto, o cuando pasaba a mi lado. Siempre intentado que no se notara que me gustaba y apartando la mirada cuando él me miraba directamente a los ojos.

3º.- Acercamiento.
Con el paso de los días él se fue abriendo más a nuestro grupo y como siempre estábamos haciendo el tonto, era más divertido reírnos entre todos.
Después de dar las comidas, nosotras nos reuníamos en nuestra habitación para tomar el café y las pastas, para charlar de la jornada y comentar los nuevos acontecimientos. Para ésto teníamos que ir a cafetería a por los cafés y la primera que se prestaba para ir a buscarlos era yo misma. Así aprovechaba para verle y charlar un rato con él. Además a mí nunca me cobraba los cafés, aunque no era ésta la razón por la que iba a buscarlos, sí era la que le decía a mis compañeras de habitación para justificarme, pues a ellas aún no les había dicho que me gustaba el camarero.

4º.- Tocamiento.
Había algo entre los dos, era evidente. Él también me miraba discretamente y lo de no cobrarme los cafés era otra señal que denotaba que por lo menos le caía bien. Además, en las comidas solía sentarse cerca de mí, frente a mí y comenzamos a aguantarnos más la mirada el uno al otro. Fue en este tiempo cuando supe que le gustaba, ya que con disimulo empezó a tocarme. No penséis mal. Quiero decir que el acercamiento pasó a ser un roce en un brazo, pasar más cerca de lo normal a mi lado, sin respetar los espacios personales de cada uno. Y siempre que terminábamos de comer, él se iba a ponernos el café a todo el mundo, pasando alrededor de la mesa preguntando a todo el mundo qué quería tomar y siendo especialmente dedicado hacia mí. A mi me preguntaba, diciendo mi nombre y además apoyando su mano sobre mi hombro.

5º.- Cita o actividades en común.
Sólo había un bar de fiesta en todo el pueblo para poder distraerse un poco del ambiente del hotel y tampoco se conseguía mucho ya que allí se reunía toda la juventud alojada en él. Pero por lo menos no tenias que ir con el uniforme y podías fumar y tomar algo de alcohol. Allí nos reuníamos casi todos los que trabajábamos juntos y comenzamos a jugar al futbolín. Él y yo hacíamos pareja y no nos iba nada mal.

6º.- "Lanzamiento".
El chico de la cafetería se marchaba del hotel porque había encontrado una oportunidad mejor, así que aprovechando que también se iba otra chica que trabajaba limpiando las habitaciones, salimos todos de fiesta para despedirlos. Esa noche también bebimos en el bar y jugamos al futbolín. A lo largo de la partida nos acercamos aún más, celebrando nuestros goles con abrazos y expresiones de alegría, chocando las manos, etc... Hasta que ganamos! Fue entonces cuando yo misma me acerqué a él y le besé. Nos fundimos en un beso que duro hasta el momento que nos separamos y me susurró: "que cabrona eres" (cariñosamente, claro). Yo sabia que no perdía nada, él se iba al día siguiente y yo me quedaba allí. Por eso me lancé. Por eso me lo dijo. Además habían pasado muchos días y en alguno hubo alguna que otra posibilidad de liarnos, pero... no había sido así.

Y estas son las fases del cortejo que siempre es bonito y muy entretenido, jeje.

Para l@s que se quedan con ganas de saber como siguió aquella historia: al día siguiente mi compañera de habitación, que se dedicaba a limpiar la recepción, me dijo que él había hablado con el jefe para poder quedarse hasta el final de la temporada. Yo me quedé sorprendida. Se quedaba por mi!! Pasé con él los siguientes 10 días y noches, en los que nos deseamos, nos besamos, nos abrazamos y nos amamos.
Yo me marché de allí un 10 de septiembre. En el tren. Hacía mucho frío. Él me acompañó llevándome la maleta. Recuerdo que llevaba un gorro de lana. Solo se le veían sus "ojos bonitos". Me aguanté las lágrimas todo lo que pude. Me besó, me acarició y me dijo: "adiós, charra-chula". Lloré durante todo el camino hacia mi destino.
Hablamos por teléfono durante mucho tiempo. Él me pintó un cuadro que nunca llegué a ver. Y hasta tuvimos una cita que nunca se llevo a cabo.
Solo espero que allá donde esté tenga un buen recuerdo mío, pues yo lo tengo de él.
A pesar de todo...

martes, 20 de noviembre de 2007

martes, 9 de octubre de 2007

Juegos peligrosos


Quién no ha querido jugar con cositas en una sesión de sexo?? utilizar hielo, miel, chocolate, leche condensada, fruta, o incluso algún juguetito?? Muy bien, muy bien..., hay que innovar para no caer en la monotonía, pero con cuidado por favor!!!

Os contaré lo que le ocurrió a una de mis mejores amigas por intentar hacer algo fuera de lo habitual.

Por aquel entonces estaba medio enamorada de un camarero con mote explosivo. Él se liaba con ella para lo de siempre y ella a cada vez que él pasaba, se enganchaba más. Con lo cual, hubo idas y venidas, cenas, desplantes, juegos de cama, etc...
En una de esas noches de juegos sexuales, mi amiga
Romy, que se sentía inspirada, intento hacer algo nuevo. En primer lugar y con el consentimiento de él, por supuesto, le ató a la cama, cual exclavo en la cruz, prometiendo hacerle ver las estrellas de gozo. La cuerda en ese momento no pudo ser otra que el cinturón húmedo del albornoz que pululaba por la habitación. Una vez inmovilizada la presa, se dispuso a buscar algo que endulzara el bocado. Así que acordándose de la mousse de chocolate que días atrás había hecho, se fue a buscarla. La mousse se encontraba en el frigorífico y claro, estaba bastante dura así que ni corta ni perezosa la metió unos segunditos al microondas para que aquello se derritiera un poco y así poder jugar mejor con ella. Cuando éste terminó, la probó y vio que no estaba demasiado caliente. Entró en la habitación con ella en la mano y cara de viciosilla, mientras él entre incrédulo, morboso y excitado no estaba seguro de lo que iba a ocurrir. Los ojos brillantes de ambos, se miraban, se sonreían... Ella se arrodilló al pié de la cama y se dispuso a poner la mousse en el asta de aquél barco. En cuanto el chocolate se posó en el capullo, aquel que estaba acostado y atado sí.... empezó a ver las estrellas, pero de dolor!!!!!! La mousse estaba buena para el paladar, pero para zonas delicadas quizás aún quemaba un poquito! El explosivo empezó a chillar "estas loca!!!, me quieres matar!!!", mientras se debatía por desatarse, cosa que no lograba. Con el pito ardiendo, sin poder tocárselo y encima mi amiga, que le entró la risa, no podía desatarlo ya que al estar el cinturón húmero era imposible deshacer el nudo... con lo cual él se enfadaba aún más. Me lo imagino retorciendose en la cama, subiendo y bajando la pelvis pero de dolor, jajaja!!!! La habitación se llenó de mousse por todos los sitios, paredes, cama, suelo, cuerpo del explosivo...
Al final escapó al ser cortadas sus ataduras y salió corriendo pasillo adelante, en pelota picada, con el pito quemado, chocolateado y gritando barbaridades!!
No me quiero imaginar si en aquel momento sale del cuarto una de las compañeras de piso de
Romy medio puritana y se encuentra al otro de aquella guisa!! Menudo cuadro!

En fin, como veis éste es un claro ejemplo de que hay que tener mucho cuidado con los jueguecitos, con los chocolates y con los "capullos". Esto es como con los bebes, probar antes en el reverso de la muñeca no vayáis a desgraciar el miembro más preciado de los hombres!!! donde se agarrarían después si lo hacéis???


jueves, 27 de septiembre de 2007

Los nombres de mi vida

Es el título del libro que siempre quise escribir y que gracias a la existencia de Internet puedo realizar medianamente.

Está claro por qué es "los nombres de mi vida" y no "los hombres de mi vida" y es que hasta ahora se han quedado en eso...en nombres. Nombres que aparecieron en ella y que unos para bien y otros para mal, se fueron olvidando con el tiempo, y con los nombres, las historias.
He tenido nombres reales, telefónicos, cibernombres, solteros, casados, ocupados, drogadictos, psicópatas, en fin, no sé si me dejo alguno... bueno sí!, alguno bueno hay por ahí. Me doy cuenta de que soy como la coca-cola: "para los solteros, para los casados, para los gordos, para los flacos...." ja ja ja!! Casi todos fueron delgados, que le voy a hacer, para gorda ya estoy yo y además siempre me gustaron "escuchumizados" y morenos. Aunque también es cierto que siempre, por ese defectillo que tengo (que me gustan casi todos), les veía algo bueno a los que se presentaban delante de mí.

Recuerdo que ya en la guardería, con las monjas, me gustaba un niño llamado Roberto y posteriormente en el colegio todas nos enamoramos del primero de la clase, con ese nombre tan deseado. Cuando llegué al instituto no solo no tenía aún la regla sino que tampoco me había besado con ningún chico, lo cual para mi era bastante preocupante. Además algunas de mis amigas ya tenían novio e incluso, la que por entonces era mi mejor amiga, me ofreció al suyo para que me besara!!!! que fuerte, si me llega a besar el que ahora es su marido, jajaja. Cosas de la edad del pavo.

El caso es que yo tenía bastante complejo por aquel "defecto". Hasta que llegó... el cumpleaños de mi prima, que vivía en Madrid. Me fui a pasar unos días con ella, supongo que el fin de semana. Por entonces, ella salía con un chico que tenia un nombre muy raro, era alto y con el pelo rizoso. Salimos a la discoteca, con el novio y los amigos del novio. Para mi todo era nuevo. Una discoteca enorme, con varias plantas, varias pistas, diferentes músicas. Yo estaba flipando!!! Y encima le gusté al amigo del novio nombre-raro. No sé como ocurrió realmente, recuerdo a mi prima diciendome que no me preocupara, que él ya sabía que yo no me había enrollado con nadie nunca!!! (lo que hacía falta encima, para ponerme más nerviosa) y que me fuera con él. Lo cual yo hice con ese gusanillo de que va a pasar algo importante en tu vida.
En este punto tengo que aclarar dos cosas. Primero que la idea que yo tenía de besar con lengua era la siguiente: abres la boca, metes la lengua, se juntan las lenguas y se da vueltas con ellas, y ya!. Y lo segundo que tengo que aclarar es que yo soy una persona pequeña y redondita, y aquel chico al lado mío era un armario empotrado!!
Me llevó a la pista donde ponían las lentas. Nos sentamos en un sillón y me dijo: "no te preocupes, tu sigueme". Abrí la boca, la junté con la de él, intenté introducir mi lengua en la suya y quise empezar a darle vueltas, cuando... cual es mi sorpresa que él no hacia esooo!!! hacia algo así como meter y sacar la lengua, una lengua enorme, por cierto. Claro que yo entre el pudor, la sorpresa y el tamaño de mi boca, ésta no estaba quizás del todo abierta y parece ser que al muchacho aquél le mordía! Así que paró y me dijo: "pero no me muerdas, abre más la boca". Por diosss!!!! encima lo estaba haciendo fatal. Todos mis sentidos en mi boca, en abrirla lo más posible y no morderle. Pero él era demasiado grande, o su lengua, y yo seguía mordiéndole. Así que a la siguiente que él paró, le dije: "mira, vamos a dejarlo". Y con las mismas me fui en busca de mi prima para meternos en un baño y explicarle la pésima experiencia de mi primer beso. Creo que me sentí fatal. Entre cateta e inútil.

Y es que en la Capi todo el mundo debía de besar estupendamente!

sábado, 21 de julio de 2007

El comienzo

Había pensado comenzar por mi primer beso. Pero creo que las historias pasadas las iré introduciendo poco a poco, ya que algunas están medio olvidadas y si dejo pasar las actuales, se me van a olvidar todas. Y es que tengo un don o una discapacidad, pues soy capaz de olvidar casi todas las historias malas que me ocurren. El problema es que con esas historias también olvido a todo el personal que apareció en mi vida por entonces y el resto de experiencias que me ocurrieron.
Con lo cual comenzaré por la última de mis aventuras...

He vuelto de vacaciones a mi ciudad del alma, a ver a mis amigas/os, ha pasar un tiempecito y a descansar, aunque esto último es lo que menos he hecho.

En éstas semana que he estado aquí me ha dado tiempo a ver a casi todo el mundo que no veo a lo largo del año. Me gusta quedar con la gente, pasar un tiempo con ella, contarnos historias y ponernos al día.

Con la vuelta a mi ciudad también vuelven los líos de antaño. Historias que no doy por terminadas, porque me cuesta a mi o a él, e historias que terminé pero no sé como vuelven.

Uno de los días que disfrutaba de mi soledad en casa, me encontre en el chat a un antiguo ligue que curiosamente solo me habla, por dicho sistema, cuando está caliente y tiene ganas de sexo (o cibersexo).
Me comentaba que la siguiente semana se iba a pasar unos días por mi ciudad y a ver si nos podríamos ver.
No me importaba verle aunque siempre me pareció un poco imbécil, pues cuando ambos estábamos en esta hermosa ciudad trabajando o estudiando, ya me hizo algunos feos estando por ahí de fiesta. Pero... nunca hay que decir que no a un buen rato y más si es un tío que "baja al pilón"!!. Ya que tengo la desgracia de dar con todos aquellos a los que no les gusta bajar o no bajan por gusto.Nos intercambiamos los teléfonos y esperé a que me llamara cuando estuviera aquí.

El jueves de la siguiente semana, ya por la mañana recibí un sms de él. Decía que ya estaba aquí y me preguntaba donde estaba yo, pues cuando hablamos le comenté que a lo mejor me iba esos días de su estancia a otra ciudad. No le contesté y tampoco hizo falta, pues luego mientras desayunaba me lo encontré en el chat y hablamos un ratito. Ya empezó como siempre, que si tenía ganas de mí, que si quería mis besos, y las preguntas que con ello vienen, "¿tú tienes ganas de mí?". Y es que los tios se piensan que hay que estar calientes en el momento en el que ellos estan calientes y a lo mejor no entienden que tu estas desayunando, pensando en las cosas que tienes que hacer ese día, fregando o haciendo diversas cosas, con las cuales no puedes estar caliente. Pero éste es un tema aparte del que ya hablaré en otra ocasión.
El caso es que no tenía mucho tiempo de hablar con él, le dije que no tenía ganas de él en ese momento (para que no se molestara) y me marché a realizar las actividades que tenía planeadas para ese día.

Por la noche me fui a cenar con unos amigos a los que no veía desde hace tiempo y sobre las 23 de la noche me mandó de nuevo un sms para preguntarme si tomábamos algo. Le llamé porque me pone nerviosa estar de sms en sms cuando se termina antes haciendo una llamada. Queria decirle que no podía, porque entre la cena, las pocas ganas que tenía y las pintas, pues no quería verle mucho, pero logró convencerme y quedé con él que cuando terminará le hacía una llamada pérdida, para que luego él me llamara y quedáramos en algún sitio (lo de las llamadas lo propuso él).

La cena con mis amigos prosiguió en una heladería, lo cual aumentó el llenazo que tenía encima. Al terminar acompañe a una amiga y luego le llamé. Aproveche a que me dijo que estaba en el hotel medio dormido, para convencerle de que no tenía muchas ganas, de que estaba cansada y que no quería hacerle salir de allí para tomar únicamente una copa y que nos podríamos ver al día siguiente antes de que se fuera. Con lo cual mi trayecto hasta casa fue tranquilo, solo pensando en como iba a hacer la digestión de todo lo que habíamos comido esa noche.
Al llegar a casa me volví a conectar al chat, a revisar el correo y demás (quizás sea un poco adicta, si) y allí me lo encontré conectao. Ya me había mandado un sms diciéndome "Chiki quiero tus besos" al cual le había contestado con muchas disculpas y diciéndole que nos viéramos al día siguiente, con más tranquilidad. La verdad es que por messenger fue muy amable, pero ahora después de todo lo que pasó, pienso que son capaces de convertirse en corderitos con tal de conseguir lo que quieren y más si está relacionado con sexo. Me regaló la oreja bastante y consiguió convencerme de nuevo (que imbécil soy, lo sé). Le dije que tardaría 30 min en llegar hasta su hotel, pues además de estar a la otra punta de la ciudad, también tenía que ducharme.

En un periquete me duché, me puse algo limpio y cómodo, pillé las llaves del coche y marché hacia el garaje. Antes, le llamé. Me daba muchísisma vergüenza entrar en su hotel y subir directamente a su habitación, por lo que quería que bajara a buscarme o algo así. No me cogió el teléfono.
Apuntaré que desde que dejamos de hablar por messenger, hasta que le llamé por teléfono habian transcurrido como unos 20 minutos.
Llegué hasta cerca de su hotel, encontré un aparcamiento estupendo y le volví a llamar. Nada, no cogía. Me armé de valor y entré en el hotel. Saludé al recepcionista con un "buenas noches" y subí en el ascensor hasta su habitación. Como no me fiaba, no quería llamar fuerte a la puerta, con que llamé ligeramente mientras al mismo tiempo le llamaba. Nada. No contestaba nadie. Le mandé un sms "Ábreme, estoy a la puerta". Nada. Ni a los sms, ni a la puerta, ni nada. Con cara de idiota perdida, me volví al coche, no sin pensar en lo que estaría pensando de mí el recepcionista del hotel y en por qué el tío éste no contestaba al teléfono, ni abría la puerta NI NADA!!!
Tuve que sentarme y fumarme un cigarro en el coche antes de arrancar y marcharme de nuevo a casa. Claro que le mandé un sms diciéndole la indignación que tenía encima y la de que me hubiera hecho ir hasta allí para no abrirme la puerta ni dar señales de vida.

Tengo que reconocer que me sentí bastante mal en el momento, me daba la sensación de que era la mujer más tonta del mundo que se había dejado engañar por un "petardo" que no merecía la pena y que no aprendía nunca la lección.

Al día siguiente se lo conté a mi mejor amiga y a otra que vive en el mismo piso. Una opinaba que se había muerto y que por eso no dió señales de vida. La otra opinaba igual que yo, era: o que estaba muerto o que era un "hijo de puta", pues si le había ocurrido algo, ya había tenido bastante tiempo como para decir algo, a no ser que hubiera sido algo grave. También barajamos la posibilidad de que hubiera estado llamando a otras "amigas" que tuviera en la ciudad para lo mismo que quería hacer conmigo y que yo llegué la segunda! jaja. Me parecía demasiado ésta última hipótesis.

A las 19 de la tarde recibí un sms de él.
"Perdona. No estaba en la habitación. Me fui corriendo al hospital porque me entró algo en el ojo e iba a reventar"
Evidentemente, no contesté. Me parecía la excusa más ridícula que se podía haber inventado. Además, sabiendo las horas que eran la noche anterior (entre la 1.30 y las 2 de la madrugada) y que iba a ir fijo a su hotel, por qué no me avisó que se iba al hospital?? es que no veía por el otro ojo tampoco?? no se podía haber esperado y le hubiera llevado yo?? no debería haber llamado para disculparse en vez de mandar un sms?? y tuvo que esperar tanto para excusarse?? creo que tardó tanto porque no se le ocurría nada convincente.
Y dos días después de eso, no sé nada de él. Quiero decir, no es que quiera saber algo, es que si realmente le ocurrió eso y se disculpa y no obtiene ninguna respuesta, quizás tendría que haber vuelto a llamar, no??

Hombres....