sábado, 19 de marzo de 2011

Matando a la esperanza.

La olvidé.
No sentía que la llevaba encima.
No sabía lo que pesaba,
el dolor que me produce su carga.
La dejo en el camino cuando me caigo
pero tiene un muelle pegado al fondo de mis ojos.
Y me duele cada vez que la veo.
Y me mata cada vez que la siento.
El rojo de mi vida destaca sobre su verde.
Hacía mucho que no lloraba
y esta noche alguien me recordó por qué lo hacía.
Y hoy lo he llorado todo.
Para ver si la ahogo y me vuelvo a quedar vacía.
Me tuve que vaciar con un palillo
y es ella la que no me deja estar hueca.
Y a destiempo, sin piedad y en silencio...dice una canción.
La noche me recuerda
que ella no muere nunca,
que se vuelve a llenar,
a crecer, a menguar, a vaciar
y a llenar de nuevo como la luna.
Todas las noches.



Cada noche de mi vida.

jueves, 17 de febrero de 2011

Uniformes Y Lascivia

Lascivia: 1.Propensión a los deleites carnales; 2. Apetito inmoderado de algo.
Uniforme: 3. Traje peculiar y distintivo que por establecimiento o concesión usan los militares y otros empleados o los individuos que pertenecen al mismo cuerpo o colegio.
  
¿Qué tienen en común estas dos palabras?
¿A los hombres también les pasa que les entra lascivia cuando ven a una mujer con uniforme? (Me acabo de dar cuenta de que heterosexualizo, pero me da igual referirme a heterosexuales que a homosexuales.)
¿El uniforme erotiza? ¿Crea deseo? ¿Genera lujuria? Uhmmm.
Es que llevo una semana yendo a rehabilitación (electroterapia). Y allí hay dos auxiliares femeninas y uno masculino. Y el chico.... no esta mal, jeje. Bueno no es nada del otro mundo, pero a mi me mola. Me gusta su barriga a la que se le pega la chaqueta del uniforme y cómo se le transparentan los gallumbos  (que siempre tienen que ser blancos) en el pantalón y la forma de hablar que tiene con el acento típico y cerrao de la ciudad donde vivo. Y es que con este traje de enfermero me pone, ¡¡¡me entra lascivia!!! (no sé si la de propensión o la del apetito!)
Allí llegas y da igual quien te atiende, porque realmente ellos no hacen nada, te colocan la máquina y punto. Lo único que para la del ultrasonido si que tienen que sentarse contigo y después de darte un gel super-frío, con una espátula, te van meneando el soporte de la máquina por la zona a tratar durante 5 min.
La mayoría de las veces me atiende él, y yo tan contenta, claro. Pero hoy, no sé si es por el viento que hace o por qué, pero he salido malísima. Eso de que se coloque detrás de mi, de mi silla (que ya preferiría que fuera un taburete para poder sentir sus mulos apretando mis nalgas), que me unte con la espátula el gel (que más me apetecería que en vez de por la zona a tratar, ya fuera por todo el cuerpo) y se ponga a menear la máquina en mi nuca, puffff!! lástima que la puta máquina no sea vibradora!! jajaja. Y remata limpiandome con la toalla, mientras yo deseo que en algún momento roce su brazo contra mi piel, o me agarre del hombro para decirme "ya hemos acabado guapa".
Pero nada de esto ocurre. Solo en mi cabeza. 
Generalmente voy con una camiseta de tirantes para no tener que estar vistiendome y desvistiendome al desplazarme por las diferentes máquinas. Mañana es mi último día. Estoy pensando en no llevarme la camiseta y ponerme el sujetador más erótico que tenga (mal ha de ser que mañana justo me atienda una de las otras dos auxiliares, ya sería mala suerte, no???), aunque mis lorzas no son bonitas, pero... o, y si me pongo una camiseta erótica con un buen escote???. Hoy al salir pensaba en si mañana debía de proponerle algo. O preguntarle algo. O simplemente invitarle a una copa, total si dice que no, tampoco pasa nada no? como en las películas, jaja.
Tengo toda la noche para pensarlo.